Buenos días Madrid. Virginia H.

Yo soy alegre y soy voraz. Soy ingenua y guerrera. Me gustan los atardeceres, las barbacoas, las camisas en invierno, y los vestidos en verano, los pantalones todo el año. Me engancha la palabra, los hombres con espíritu, las almas con cuerpo, las caricias a media noche. Me apetecen las miradas, la la chulería, un buen café con un cigarro, un poco más en la cama, a cualquier hora. Me enloquecen los puzles, la buena música, la nieve, el ruraleo, las chimeneas, los búhos, marea, los desayunos en la playa, el espigón al atardecer, Bosé. Odio a los frases acabadas en ok, los hombres que dicen jiji, los hombres que dicen jaja, los hombres que dicen ji cuando quieren decir ja, las evasivas, los rodeos, el victimismo, el no pasa nada cuando pasa todo. Detesto a quienes solo hablan de política, fútbol, o religión, o cualquier combinación de las tres. Odio el oro, las etiquetas, los gritos por la mañana, esperar el ascensor. Me ponen los hombres conduciendo, la risa sin control, las manos grandes, el punto macarra en un hombre decente, la barba, el rock. Adoro las sorpresas, viajar, escaparse, las rutas en coche, las paradas en el camino, los abrazos por la calle, pasear entre desconocidos, Sol, tirarme en el césped, el tinto de verano en invierno, la cerveza en los partidos. Soy espotanea, impulsiva, impaciente, caprichosa, pesimista, transparente, charlatana, cariñosa. Tengo opiniones, expectativas, metas, proyectos, desilusiones atrás y futuro delante. Y ahora, es cuando estoy preparada, porque soy yo, porque tu serás quien tenga que ser, porque nosotros todavía no se ha inventado. Virginia H.

Nimiedades

Quisiera escribir historias irreales, historias imposibles, quehaceres invisibles... Pero no lo consigo, no soy capaz de tragarme mis palabras De olvidar mis argumentos, que ansiar está de más Cuando no quieres perderte...

Tuanú

Hace tiempo que dedico demasiado tiempo a pensar en mí, demasiado tiempo que no me he acordado de ti, y te pido perdón, aunque nunca lo hice por nada y hoy creo que lo merecías. Quizá ahora eso del perdón ya no existe, no tiene importancia, no tiene sentido, SOBRA, lo que necesito es decirte que te echo de menos, a diario, cuando consigo algún logro, cuando pienso que te sentirías orgulloso [sin decirmelo como siempre] cuando pienso en que no viste mi nueva vida, que no compartiste mis sonrisas los primeros días, ni mis decepciones más tarde, pero sobre todo cuando pienso en lo que vendrá, me vienen a la mente una y otra vez situaciones en las que te necesitare a mi lado, tranquilo y con una sonrisa, o con el ceño fruncido :) Me queda el consuelo de pensar que sigues ahí, en algún lugar, y que los días que miro al cielo en busca de tu estrella, estás, y que te fuiste tranquilo porque había encontrado mi camino. Ahora queda luchar por los que se quedaron, espero que por mucho tiempo. Nos vemos en Navidad en la playa abuelo. Foto: Espigón de los gatos (Almería)

Supe hace algun tiempo, que la escarcha de tus tormentos podían acariciar tempestades, y que la vida de superwoman, no estaba hecha para mis miedos. Supe que desharias con historias de tequila, fantasmas y nieblas de olvido, improvisando, in crecendo, Vivaldi o quizá Schubert. Lo que no te conté, quizá no quise hacerlo, fueron mis deseos de minué. Así y todo, yo quise, y tu no opinaste.

Jodida pero contenta

Y porque nunca quieres nada A, que a ti te comprometa Hoy yo te voy a dar la espalda Para que alcances bien tu meta Que yo me voy porque mi mundo me está llamando Buika

Voy a sentir que vuelvo a vivir, a sentir, a querer sentir. Podrás buscar resquicios de dudas, de intentos de suicidio mental y ganas de disolvente, pero el agua aclara, y tengo llena la despensa. Quise decirte promesas sin caer en la cuenta de que eras tu quien no las cumplía, quise limpiar con pesares tus intenciones, obviando por segundos que sólo yo las tenía, traté de explicarte deseos que unicamente en mi mente quedaron, y culparte por ello... Y si tuviera que elegir un sólo momento en tus ojos, no sería otro que aquel callejón, donde se quedaron las buenas intenciones y las ganas de compartir. Quizá deberíamos haber dejado la magia para otros -nunca fui hechicera de imposibles-, o quizá debí no creer que serías ilusionista por dos, ni siquiera por ti pudiste. Hoy te dejo mis mejores deseos, mis buenas intenciones y mi mano en un futuro, cuando esto de amar se nos haya olvidado que fuimos protagonistas, cuando ya no recordemos lo que era amanecer sin soledad, cuando de ella disfrutemos, cuando haya otro callejon, otros ojos y otros labios, ni los tuyos ni los mios, porque aquellos hace tiempo que dejamos de ser nosotros. Virginia H.

Que si, si preguntaras te diría que reblandece, que si te empeñas se calienta y si te esfuerzas se derrite.
Pero para tu alivio, te diré que está asegurado, si reblandece, calienta o derrite, no serás tú quien lo recomponga.
No obstante, te daré algún consejo.
Si tu intención no es reblandecer, mejor dejar las palabras bonitas, si no quieres calentar, mantente a prudente distancia y si no te apetece derretirlo, dejemos los cariños para otros.
Que esta no es nuestra guerra, y yo no soy tu princesa, ni tu mi valiente caballero ;)

Virginia H.