sábado, 29 de mayo de 2010
Que si, si preguntaras te diría que reblandece, que si te empeñas se calienta y si te esfuerzas se derrite.
Pero para tu alivio, te diré que está asegurado, si reblandece, calienta o derrite, no serás tú quien lo recomponga.
No obstante, te daré algún consejo.
Si tu intención no es reblandecer, mejor dejar las palabras bonitas, si no quieres calentar, mantente a prudente distancia y si no te apetece derretirlo, dejemos los cariños para otros.
Que esta no es nuestra guerra, y yo no soy tu princesa, ni tu mi valiente caballero ;)
Virginia H.
lunes, 24 de mayo de 2010
Dejarse llevar...
Y si seguimos con los "deberes"... debería aprender a vivir sin más.
Contar unas cuantas batallas al calor de un cafe -aunque sea con hielo-, sin pensar en otra cosa que no sean sus ojos.
Pero lejos de todo, me fijo en el fondo del coral y quiero ver su interior, sin pararme a pensar lo que pensará el mar...
Locuras, ya no de momento...
Virginia H.
Debería dejarte, debería decirte que fue maravilloso, o quizá que realmente fue peor que gritar sin voz.
Debería dejarte, volar libre, no tener donde ir, llorar en la playa y reir boca abajo, mirar a mi alrededor y sentirme sola.
Debería dejarte, contarte que ya no te quiero, que tu imagen ya no me viene a la memoria al despertar, que ya no ocupas mis sueños.
Debería dejarte, quizá debería haberte dejado. Y aquí sigo.
Virginia H.
sábado, 22 de mayo de 2010
Yo te podría contar tardes, atardeceres y un poco de sol al sunset.
Podría decirte amores o ver tus sombras, quizá solo las que me mostraras.
Podría dejar derretirse el deseo en ese cafe, o tostarme al sol de un chiringuito en pleno verano.
Pero no, hablare, dire y compondré, pero nunca a buen puerto llegarán las ciertas intenciones y los cafes amargos.
Porque así soy yo, y tus ganas para mi se quedan ;)
Virginia H.
viernes, 21 de mayo de 2010
Hoy no amanece mas temprano ni arrastrando el sol entre matojos.
Que tu luz y mis quehaceres no casan ni aunque quieras,
que pinceles como tu se amontonan en capiteles de lunas mojadas y trincheras sin dueño,
Mientras intentas borrar con madera ilusas mentiras disfrazadas con paja,
yo voy haciendo un hueco entre clavo y clavo para clavar de nuevo.
Virginia H.
miércoles, 12 de mayo de 2010
Se entretenía leyendo vidas ajenas, porque en definitiva la suya apestaba.
Fingía que todo estaba en orden, pero cuando se percataba de la realidad se derrumbaba y no sabía cómo salir de ella, hasta que volvía a su nube.
Leía cada nombre, fecha y comentario de las puertas de los baños, buscando algo conocido, un resquicio de liberación al descubrir que uno le sonaba, ¡Qué popular!, y se asustaba al reconocer que en realidad estaba sola.
Fantaseaba con amores infinitos, te quieros invisibles, con esperanzas irreales y hombres de papel, que al fuego arden y al agua se deshacen ¿Qué esperar?
Y una vez más leía, escuchaba y olvidaba advertencias de muñecos de plástico, ¿mejores? no, quizá resisten al agua, pero al fuego se consumen.
Virginia H.
jueves, 6 de mayo de 2010
martes, 4 de mayo de 2010
lunes, 3 de mayo de 2010
domingo, 2 de mayo de 2010
sábado, 1 de mayo de 2010
viernes, 30 de abril de 2010
Me quedan balas en la cartuchera, pero a ti te guardo siempre la primera
miércoles, 28 de abril de 2010
martes, 27 de abril de 2010
domingo, 25 de abril de 2010
Corto y me voy
Pero así y todo
o así y nada
la muerte es siempre una sorpresa inútil
M.Benedetti
Hoy 25 amanece más temprano, (desconozco si aún así el sol ha salido por Antequera)
La casa silenciosa y un sonido que corta el sueño, el respirar y hasta la imaginación.
Tres palabras, un suspiro, nerviosismo.
La casa en pie.
Yo no quería, hoy no.
Me revuelvo y remuevo, entre mis cosas, entre las sábanas y por qué no, entre mi misma; con pinzas intento atrapar un mínimo de ¿compasión?
LLorar, debería llorar, o eso creo.
Desisto. Cero.
Al fin y al cabo no era mi, dejaré las emociones para otros.
Tensión. Para qué mentir, molestia. Vaya horas ¿no?
La mejor parte, honores y reconocimientos -aunque sea por la uña larga del dedo meñique (que nunca entendí)- porque reconocer, lo que es reconocer...
Nunca comprendí la facilidad para transformar la realidad en algo que pareció no existir. Ya puedes ser un cabrón toda tu vida (con perdón de mi expresión), que al irte hablarán de ti con otra entonación, erá tan cabezón y tenía tanto genio... pero a mi me trató bien, fue bueno, tenía sus cosas claro... -y antes de cualquier recuerdo superfluo que nos arruine el discurso- ...pero como todos. Y ahí estamos, mal de muchos consuelo de tontos. Sería el momento perfecto para decir ¡He vuelto! No quiero imaginar quien se iría.
Por ello quizá no se me crea cuando diga que a mí si que no me hizo nada, su Sandra Bullock particular, de nariz respingona y sonrisa bonita, dispuesta a escuchar historias -a saber si reales (uy, recuerdo superfluo desechado).
Una y otra vez pensando igual, tendré que soportar unas cuantas hasta la mía.
Pues sí, una chufa.
Peco de ese sentimiento post-mortem, pero es que todo se contagia, y quizá es que hablar de lo malo no quede... ¿bonito?.
Así pues, se fue un gran hombre.
Virginia H.
sábado, 24 de abril de 2010
Nunca me haces falta y siempre te necesito
Yo nunca he dudado del color del cielo o el sabor del mar, nunca dudé de tu espontaneidad o de tus sinsabores. Siempre creí –por el contrario- en tus buenas posturas, en tus ciertas caricias, en tus nulas intenciones. Y al fin, al pasar lunas y soles, ocasos y albas, qué se yo y que podrías mostrarme… descubro un sinfín de marionetas saliendo de tus manos, ciertos desdenes y miles de sombras, que para hacer poesía solo hacen falta ganas, que para amar, solo hace falta tu cuerpo junto al mío
Virginia H.
Virginia H.
viernes, 23 de abril de 2010
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